- 28 febrero, 2025
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Gestión Adaptativa de Proyectos
En el ambiente de la gestión de proyectos, la incertidumbre suele ser frecuente, sino constante. Bien sea porque el problema a resolver con el proyecto no está claramente definido o tiene cierta tendencia al cambio, o bien porque la solución tiene un grado de dificultad tal que no nos garantiza a priori el éxito. En estos escenarios, el abordaje predictivo, aquél que se basa diseñar un paso a paso en el inicio del proyecto a partir de las mejores prácticas tomadas de experiencias pasadas, deja de ser eficiente. Es decir, alcanzar el objetivo del proyecto con la mirada tradicional se hace costoso. Es aquí donde un abordaje adaptativo emerge más que como un marco metodológico, como un enfoque valioso para potenciar la eficiencia en la dirección de proyectos.
La Gestión Adaptativa
El enfoque adaptativo se basa en la utilización de ciclos iterativos de planificar, hacer, analizar y aprender. En lugar de depender de una planificación rígida basada en la experiencia previa, este modelo permite generar conocimiento sobre la marcha, ajustando el rumbo según los resultados obtenidos.
Los enfoques tradicionales de gestión, que dependen de una planificación detallada desde el inicio, pueden resultar ineficaces y costosos cuando se enfrentan a problemas desconocidos o contextos altamente dinámicos. En cambio, la iteración permite reducir el riesgo de fracaso al validar continuamente los supuestos del proyecto y ajustar estrategias en función del aprendizaje obtenido.
Agilidad
La agilidad en la gestión de proyectos es un enfoque flexible y adaptable que permite responder eficazmente a la incertidumbre y al cambio, optimizando la entrega de valor de manera continua.
Si bien para hablar de agilidad es casi obligatorio citar la industria del software a fines de los 90’s y su Manifiesto Ágil de 2001, las primeras aproximaciones de métodos iterativos e incrementales surgieron en la misma industria a fines de los 50’s con importantes aportes en los 70’s. Además, su enfoque centrado en la generación de valor con el mínimo de desperdicios, permitió a lo largo de los años, también incorporar conceptos de Lean Startup (2008) como el MVP (Producto Mínimo Viable) que permite validar hipótesis rápidamente con el menor esfuerzo posible antes de desarrollar una solución completa.
Es decir que, cuando hablamos de agilidad en proyectos, más allá de lo que públicamente conocemos hablamos también de un concepto que se ha desarrollado por más de setenta años. Con fuertes bases en la industria del software, pero de ninguna manera de uso exclusivo de ésta:
La llegada del hombre a la Luna: un modelo temprano de adaptación
Un ejemplo paradigmático de gestión adaptativa fue la llegada del hombre a la Luna en 1969. Este logro no fue el resultado de una planificación estricta basada en certezas, sino de una serie de pruebas, experimentaciones y aprendizajes iterativos que permitieron desarrollar la tecnología necesaria –y hasta entonces desconocida- en menos de una década. La NASA enfrentó múltiples desafíos sin precedentes y aplicó un enfoque predictivo como marco general del proyecto, y un enfoque adaptativo basado en la iteración y el incremento para encontrar soluciones efectivas, sentando un precedente de cómo la adaptabilidad y la experimentación pueden llevar a grandes avances.
Hacia una gestión adaptativa de proyectos
En un mundo donde la incertidumbre y el cambio son inevitables, adoptar una gestión adaptativa de proyectos no es solo una ventaja, sino una necesidad. La combinación de enfoques iterativos, principios ágiles y aprendizaje basado en la experimentación permite a las organizaciones enfrentar desafíos complejos con mayor eficiencia. Así como la llegada del hombre a la Luna con un enfoque híbrido, demostró el poder de la iteración y los incrementos, hoy en día la capacidad de ajustar estrategias sobre la marcha es clave para el éxito en cualquier industria. La verdadera fortaleza de la gestión de proyectos no radica en la rigidez de los planes, sino en la habilidad para evolucionar, aprender y generar valor de manera constante.
Autor: Pablo Quintela